En un rincón, apartada, de donde realmente nunca debiera haberse movido porque ese es el lugar donde merece estar,
mientras los demás se mueven a su alrededor, van y vienen.
Ella los escucha reir,
las lágrimas le resbalan, silenciosas.
Todo tiene un sentido en el cuarto, un significado secreto que ella no llega a descifrar, del que ella no forma parte.
Días atrás, con su disfraz de gallina,consiguió engañarles y recorrió los mismos lugares, compartió las risas,
como uno más y nadie advirtió la farsa.
Hasta que Elena decidió, en esa tarde macabra, despojarla de aquellos vistosos colores para mostrarla desnuda, pequeña y hueca. Así volvió al peldaño en su rincón y desde alli los observa, callada, quieta, ausente..
Me han descubierto
y ahora todos, al mirarme, verán quien soy en realidad.
La niña perdida y triste,
error continuo, mancha, sinsentido.
Esa que escribe, arañando con la aguja del compás, una y otra vez su nombre de escarcha y humo
para creer que existe, que es alguien, que es real.
Esa, ella..
3 comentarios:
¡Es tan bonito, Rakel!... Una delicia y una posibilidad inigualable de acercarme de puntillas a tu alma. Gracias.
Todas las entradas han conseguido tocarme el alma, pero esta, esta en particular también me ha arrancado alguna lágrima.
Gracias por este blog tan excepcional
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