viernes, 14 de enero de 2011

Cuando Elena abre la puerta..

En un rincón, apartada, de donde realmente nunca debiera haberse movido porque ese es el lugar donde merece estar,
mientras los demás se mueven a su alrededor, van y vienen.
Ella los escucha reir,
las lágrimas le resbalan, silenciosas.

Todo tiene un sentido en el cuarto, un significado secreto que ella no llega a descifrar, del que ella no forma parte.
Días atrás, con su disfraz de gallina,consiguió engañarles y recorrió los mismos lugares, compartió las risas,
como uno más y nadie advirtió la farsa.
Hasta que Elena decidió,  en esa tarde macabra, despojarla de aquellos vistosos colores para mostrarla desnuda, pequeña y hueca. Así volvió al peldaño en su rincón y desde alli los observa, callada, quieta, ausente..

Me han descubierto
y ahora todos, al mirarme, verán quien soy en realidad.
La niña perdida y triste,
error continuo, mancha, sinsentido.
Esa que escribe, arañando con la aguja del compás, una y otra vez su nombre de escarcha y humo
para creer que existe, que es alguien, que es real.

Esa, ella..

3 comentarios:

Cyrano de Bergerac dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Cyrano de Bergerac dijo...

¡Es tan bonito, Rakel!... Una delicia y una posibilidad inigualable de acercarme de puntillas a tu alma. Gracias.

Gavriela dijo...

Todas las entradas han conseguido tocarme el alma, pero esta, esta en particular también me ha arrancado alguna lágrima.
Gracias por este blog tan excepcional