Despedidas

No vamos a volver a vernos, no te quiero, hasta me das asco.
Sí, y ahora qué?
No es un cuarto el que tengo que deshabitar, son 1050 cuartos pintados de negro
y tus manos clavadas en mi alma, tus dientes.
La lujuria de patios de espejos se pudre,
se pudre el mar.
Me estoy pudriendo en esta caja de muertos.

Mírame y juramé que no lo harás nunca más!

Es mentira,
el amor de mis poemas era tan falso como el temblor de mis piernas.
Se me iba cayendo el cielo,
te dije adiós cuando en cuclillas lo sujetaba con mis dedos.
Se me iba a desplomar encima..

Día a día tuve que vivir sin ser la mitad de mi,
con la costumbre de tu peso
y la droga insostenible de tu reproche constante.

No te quiero, no te quiero
no me regales el mar en un sobre lacado.

Intento bucear sin ti.
De vez en cuando asomo el cuello y veo tus huellas en la arena,
frío,
está frío el aire de tu rostro.
Vuelvo a emerger
y, entre peces morados, se me encharca la vida..