martes, 22 de febrero de 2011

Y al despertar..

Hizo falta que me lo dijeran muchas, muchas veces, porque yo no lo entendía.
Llegué a tiempo de verlo una vez, la primera y de frente. Aún tengo clavado el olor y todas las secuencias de una noche lenta. La más triste.
El frio, en la nuca, instalado como una herida abierta.

Vinieron a decírmelo, unos hombres vestidos de amarillo: Rakel, ha muerto, despierta!!!!
-Ha muerto- me dicen.
-Ha muerto-
Y ese volver a caer desde lo más alto hacia el vacio. Con su nombre sellado en el fondo del recuerdo, que me llama y me golpea de nuevo, como la vez primera.

Se repetía, los jinetes llegaban cabalgando desde muy lejos por los túneles inhóspitos y oscuros del espanto. Vestidos de amarillo.
No faltó ninguno, habrían de gritármelo muy fuerte y claro:
- Rakel, ha muerto, despierta, despierta ya!

Está oscuro, ellos me lo dicen una y otra vez y yo me pregunto cuándo dejará de hacerlo, de morir, de doler tanto..
Y si no fuese él quien murió hoy?

Todos, vinieron todos,
sobre aquellos caballos blancos, tragando el polvo, vestidos de amarillo.
No faltó ninguno, todos,
a recordarme tu muerte
una sola repetida, interminable,
en todas las demás.
Lo que no querías que ocurriera ya ocurrió, hace mucho, mucho tiempo, -despierta!.

4 comentarios:

Guijarro dijo...

Uffff, como llega... llega y toca... toca porque llega, y produce una intensa descarga....
Sensacional, haces que navegue dentro, que me quede atrapado, que me cueste salir....
Gracias, Rakel,por regalarnos estos momentos.

Cyrano de Bergerac dijo...

Un privilegio para mí vivir estas sensaciones con tus versos.

Politicamente Incorrecto dijo...

--Genial....me recordó de pronto a Abraham Lincoln y su visión de su muerte.

Gavriela dijo...

Consigues que uno entre dentro y sienta esa angustia.