jueves, 21 de octubre de 2010

..y la escarcha

Taconeando sobre el frío de la escarcha mientras las uñas de los lobos me arañan los pies.
Qué difícil está siendo subir la cuesta inerte que tanto me grita, para dejar de sentir el maldito perfil de la culpa.

Qué sencillo podría ser hacer de mi vida una vertiente sutil de ecos, máscaras y sueños.

La escarcha no es suave, ni tenue, ni próspera. No engendra vida y este vientre estéril se ha cansado de soñar.
Mis ojos se detienen en la vida, tan quieta pero los pasos me arrastran.
Podré detenerlos?
Es posible derretir de amor los surcos negros del hielo copioso?

Que alguien, quien sea, detenga el taconeo.
Yo prometo llenarle el pecho de lilas ..

2 comentarios:

Pablo Arroyo dijo...

no puedo detener el taconeo, ni muchos ahuyentar los lobos, mi vida ha sido siempre cuesta arriba pero la escarcha no ha podido conmigo
la hiel del entorno se traduce en placentero amor interior. Con altibajos, sí cual ave fénix
Ese amor que te arropa, que sólo da, sin esperar nada a cambio, ni siquiera un comentario, amor del bonito, del día a día
Sí, si es posible derretir de amor los surcos negros del hielo copioso, sin prometer nada a cambio

Pablo Arroyo dijo...

No puedo detener el taconeo, ni mucho menos ahuyentar los lobos, en mi vida hay demasiadas cuestas
Pero ni la escarcha ni la hiel del entorno podrá conmigo
Cuanta más escarcha y más hiel en el exterior, más amor en mis entrañas
Amor del rico, del que no pide nada a cambio, del cotidiano, del que te envuelve dándote calor placer, de ese que se siente enfrente de la chimenea con tú chica, acariciándonos, hablando, riendo, llorando, besándonos, amándonos
Sí, si es posible derretir de amor los surcos negros del hielo copioso, incluso sin prometer nada