viernes, 29 de octubre de 2010

Pablo

Siempre supe que Pablo pegaba a su ex-mujer. Lo supe incluso antes de probar su boca oscura, sobre esa cama amarga, en un cuarto tan ventilado que apenas sabe a nadie.
Me tumbo en sus brazos largos. No se encoge el corazón de nadie. No hay corazón. Herida contra herida, llaga, encía..Debería decirle que le quiero? Sólo me gustan los lapices de colores que me envían sus muecas.

Pablo siempre habla de amarnos cuando se refiere al acto, pero yo no le amo. Tampoco me gustan sus pies; largos, frios y enjutos. No es tan feo, sí, sí lo es. Tal vez un día engorde o entre en Bellas Artes. Yo no lo veré, ni siquiera sé si le veré mañana.
Sí, volveré a verme en sus lentes de pez.

Nadie volverá a ponerme una mano encima ni a subirme la voz, me oyes?
Oh, qué tonta, no me había dado cuenta de que Pablo duerme. Siempre estoy hablando sola. Debería irme a casa pero me retiene el olor a fiebre de este cuarto...creo que Rafa me duele todavía, o es Adolfo?
                                                                     

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